La barrera que no te hace avanzar.
No hay cosa que me entristezca más que escuchar “yo soy así” de un ser querido. De hecho, siento tristeza y rabia ante ese apego a la zona de confort.
Soy la persona menos violenta del mundo, pero en esos momentos, suelto cada guantazo imaginario que para mí se quedan 😉
Sé que este tipo de sentimientos son sólo asunto y responsabilidad mía. Yo soy la que tengo que gestionarlos.
Y justo esta idea es la que considero la solución para avanzar.
No es otra cosa que asumir la responsabilidad de mejorar o cambiar algo si te molesta o afecta, aunque haya otros implicados.
Incluso aunque tú los consideres culpables o responsables. Sólo tú tienes la responsabilidad de actuar para que no te afecte o tomar acción al respecto.
A lo mejor te preguntas porqué me molesta tanto. La razón es porque pensar que uno no puede cambiar algo que no le gusta es MENTIRA.
Lo afirmo con tanta vehemencia porque he sido testigo de cambios brutales tanto cuando trabajaba con personas con drogodependencias como con mis clientes.
También yo he vivido cambios importantes que me han generado dolor, renuncia, esfuerzo, perseverancia… cuando no me apetecía en absoluto.
Pero ahora sólo puedo dar las gracias por haber salido de mi zona de confort.
Asume tu responsabilidad
Más allá de un nuevo amanecer o el nacimiento de un ser vivo, no creo en los milagros. En este sentido, siempre vas a tener que hacer algo si quieres lograr otro algo:
- Si quieres estar sano físicamente, tendrás que dejar de fumar, hacer ejercicio, cuidar tu alimentación, etc.
- Si quieres adelgazar, tendrás que averiguar cuál es el motivo (enfermedad, malos hábitos, etc.) e incorporar cambios es tu vida.
- Si quieres más clientes, más de lo mismo.
- Si quieres… cambia, actúa.
- Y por supuesto, si deseas tener un equilibrio emocional y vivir un estado en el que prime tu bienestar, tendrás que hacer muchas cosas.
Si no puedes sólo, pide ayuda, pero haz algo.
Y no significa que tengas que hacer lo que te diga el primero que pase.
Creo que lo más coherente es que investigues en varias fuentes distintas y sigas el camino que tu instinto te diga que es más fiable o acorde con tus valores.
Si necesitas que alguien te acompañe, tampoco elijas a cualquier persona de tu vida.
Elije a un profesional que sepa del asunto, o a alguien que haya pasado por lo mismo, mientras no te imponga su propio método.
Todos somos diferentes y podemos encontrar soluciones distintas para el mismo problema.
Veo a muchas personas de mi entorno que sufren una y otra vez por las consecuencias negativas que le producen tener ciertas actitudes:
- Van entrando en un bucle amargo que incluso les hace ser cada vez más egoístas y críticas con el resto.
- Demandan cariño y atención cuando están solas y al borde del colapso.
- Están dentro de un círculo vicioso de preocupación y alarma mientras siguen desocupando el asunto clave que les genera infelicidad.
Al ver los progresos en personas ajenas a mi familia y amigos, me da mucha rabia que algunos de ellos no quieran beneficiarse de las ventajas de un proceso de desarrollo personal.
Pero ¡ojo!, que yo también he sido intransigente cuando se trataba de mirar para adentro y cambiar actitudes y acciones.
Sé que no es fácil, pero está al alcance de cualquiera que asuma su responsabilidad.
Actualmente tengo un cliente que antes de empezar el programa se autodefinía como un guarrillo en un charco. ¡Simplemente me encanta! Es muy gráfico.
¿Por qué nos gusta tanto regodearnos en el barro?
¿Realmente nos gusta?
¿Quieres bañarte en el barro o en agua limpia?
Cambiar es posible
No sé si ya he comentado anteriormente que yo llamo a mis clientes “mis valientes”.
Considero que trabajar en uno mismo es de los retos de la vida que suponen tener más valentía. No todo el mundo está dispuesto a hacerlo.
Elegí el coaching como herramienta para ayudar a que otros hagan este viaje. Creo que es la única que dice verdades como puños.
Cuando le quitamos protagonismo al ego, se pasa mal.
El coaching bien hecho no te dice lo que quieres oír. A veces esa verdad escuece mucho, ya sea cuando la escuchas de ti mismo o de tu coach.
Sí, estoy acostumbrada a que se acuerden de toda mi familia, pero luego me quieren 😉
Tampoco te dice lo que tienes que hacer; tendrás que buscarte tus habichuelas.
Te hace ser autónomo, libre, consciente y capaz. Vas a descubrir muchas cosas que te van a ayudar a que tengas la vida que realmente deseas.
Un buen proceso de coaching que implique compromiso desde el principio hasta el final, transforma vidas.
Evidentemente cada uno encontrará las herramientas que le ayuden a cambiar algo. Pueden ser desde leer un libro, hacer un curso o contratar los servicios de un profesional de varias disciplinas.
La diferencia está en aplicar lo aprendido y no leer un libro tras otro o hacer un curso tras otro. No pases al siguiente nivel hasta dominar el primero.
Supongo que ya habrás deducido que la barrera que considero que no te hace avanzar es la falta de responsabilidad.
Me fiero a que cambiar sólo depende de ti. Es cierto que mucha gente no cambia porque no identifica lo que está fallando.
Aunque las personas que se quejan de algo y dicen “yo soy así» o «no puedo cambiar” sí tienen consciencia.
Lo que les falta es asumir la responsabilidad de que cambiar le corresponde a ellos.
Otra opción sería auto-engañarse con la idea de que no van a hacerlo, pero asumir que entonces tendrán que dejar de quejarse continuamente.
No la comparto, pero por lo menos dejarán de minar su moral y la del resto, hasta que estén preparadas para hacer algo.
Te voy a contar una historia.
Dos personas iban andando por la calle y se fijaron que había un perro sentado en un clavo. Uno preguntó que cómo podía estar sentado ahí durante tanto tiempo. El otro contestó: “Todavía no le duele lo suficiente”
¿Hasta cuándo vas a dejar que te duela?
¿Cómo de hondo tendrá que ser el agujero que te deje?
Zona de confort
Mi profesor de coaching se refería a este asunto como “estar jodido pero contento”.
Jodido por el dolor que te haces a ti mismo y a los tuyos, y contento porque estás muy cómodo en tu propia incomodidad.
Esto no es otra cosa que la famosa zona de confort. No me gusta el nombre porque da lugar a confusión. Es una zona gris.
En la zona de confort no siempre pasan cosas malas, entiéndeme. Pero sí rutinarias.
Todas tus rutinas pertenecen a esta zona. Ahora bien, hay rutinas que te ayudan a conseguir tus objetivos conscientes y el estilo de vida deseado.
Pero hay otras que te alejan de eso.
Estas pueden ser: el atasco diario, tener que visitar a alguien que no te apetece, hacer una gestión concreta que para ti no es importante, etc.
Lo que casi nunca ocurrirá en tu zona de confort son cosas extraordinarias. Para eso hay que salir y explorar otras zonas.
Lo ideal es que explores, aprendas y lo apliques a tu vida diaria como una nueva rutina. Así tu zona de confort será cada vez menos gris.
En este post no te voy a dar estrategias concretas. Te doy ideas para que pienses en qué grado y contexto tu también utilizas el “yo soy así» o el “no puedo cambiar”.
Esta reflexión puede que al principio te incomode, pero luego te servirá como filtro para no volver a caer.
Mi profe de cultura clásica en el instituto, escribió una frase en la pizarra que recordaré siempre. Hacía referencia a la guerra de Troya entre los aqueos y los troyanos.
Desde la lógica era imposible que Troya perdiese. Pero los aqueos siempre creyeron en sus posibilidades. Tenían un auto-concepto distinto a la opinión que tenía el resto del mundo sobre ellos.
Se centraron en lo que les potenciaba en vez de en lo que les limitaba. La frase es:
Lo consiguieron porque no sabían que era imposible.
Espero que este post te haya resultado de gran ayuda.
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Un abrazo y muchas gracias por estar aquí,
Ana
Carmen Valverde dice
Qué util este post (como todos los que escribes)! De momento he superado ya el abandonar la zona de confort en el ámbito profesional, pero sigo errando en el personal. Principalmente por miedo, mucho miedo.
El otro día gracias a este post, puse un pie fuera y sorprendentemente fue mucho mejor de los esperado. Lo cual me motiva para ir dejándola poco a poco. Así que muchas gracias. Seguiré poniendo en práctica estos consejos. Porque al final yo prefiero arrepentirme de lo que he hecho de lo que no.
Un abrazo, Ana!!
Ana Tovar dice
Cómo me alegro Carmen!!!
El miedo hace tanto daño… la mayoría de las veces todo está en nuestra cabeza.
Me encanta que te haya servido.
Ana dice
Hola Ana,
Yo también lo llevo muy mal lo de «si es que soy así». Puedes ser así por una cuestión de costumbres y hábitos que tienes en tu vida, pero y si hubieras vivido en otro contexto, esas costumbres y tú también seríais diferentes, entonces a lo mejor no tendrías que utilizar la frase de «es que soy así…» Para mí todo es cuestión de analizar las cosas y ser conscientes de que casi todo lo que nos rodea podemos cambiarlo y mejorarlo, no hay por qué conformarse..
Un beso!
Ana Tovar dice
Cuanta razón, Ana. Todo nuestro mundo está sesgado por nuestras creencias limitantes, que provienen en gran parte de donde venimos y de nuestras experiencias.
Mónica Diez dice
Tienes toda la razón Ana, estoy de acuerdo contigo en que hay que salir de tu zona de confort para conseguir mejores resultados.
Ana Tovar dice
Gracias Mónica!