Espero que cuando leas este post ya haya superado el momento de procrastinación por el que estoy pasando. Mejor dicho, por el que he elegido pasar, porque soy la única responsable.
Llevo un mes que estoy aplaza que te aplaza. Y no sólo con un asunto, sino con varios. En mi caso, cuando cojo mucho impulso para la salida, me agoto a medio camino. Esto me pasa por no dosificar la energía y reservarme un poco para el final.
Desde que emprendí mi empresa, no me había pasado a este nivel. Llevo un mes postergando varios asuntos por varios motivos.
¿Y porque sé que estoy procrastinando y no vagueando?
Primero, porque ya he vagueado muchas veces a lo largo de mi vida y sé lo que es 😉 Segundo, porque no dejo de estar súper-mega-ocupada.
Puede que te preguntes porqué he decidió escribir este artículo cuando este tema está ya muy manido. La razón es porque todavía veo que mis clientes se sienten culpables al pensar que son vagos, y no saben que más bien, son procrastinadores. Es necesario un diagnostico acertado para solucionar el problema.
La diferencia es que cuando vagueas no haces nada, o por lo menos, nada útil ni relacionado con tu compromiso. Cuando procrastinas, no dejas de inventarte nuevas tareas y responsabilidades, que aunque también son útiles, las antepones a las verdaderamente importantes.
¿Por qué te puede pasar esto?
Si te lo has planteado alguna vez, habrás descubierto varios motivos, como pueden ser el miedo o la pereza. Pero no pereza en general (esto sería vagancia), sino para hacer algo en concreto. Cuando procrastinas no dejas de trabajar. La diferencia es que no lo haces en lo que es importante o urgente.
En mi caso, hay un poco de todo eso, pero también en la mala forma que tengo de dosificar mi energía, como te he dicho antes.
Si tu problema es la vagancia…
- Replantéate tu objetivo, tu meta. Pregúntate por qué estás dónde estás y porqué te habías planteado querer hacer lo que supuestamente haces.
- Si tu respuesta es que estás seguro de lo que te habías planteado, puede que te falte motivación. Tendrás que reconectar con lo que te impulsó a tomar esa decisión y tomar consciencia de su importancia.
- Si tu respuesta es que no tienes ni idea, e incluso, te sientes mal por planteártelo, vuelve a darle otra vuelta. No pasa nada si tienes que modificar o cambiar tu objetivo.
El tiempo que crees que has perdido o que crees que vas a perder encontrando lo que realmente te apasiona, junto con lo que te costará ponerlo en práctica, no tiene nada que ver con el tiempo que perderás, si sigues vagueando. Además, el sentimiento de derrota será cada vez más intenso.
Si tu problema es la procrastinación…
- Lo primero es preguntarte porqué te está pasando.
- Luego escribe un listado con todos los motivos por lo que hacer lo que estás evitando es tan importante y otro listado con lo que perderías si al final no lo haces.
- Después haz un planning o un horario incluyendo las tareas que implican este asunto. Cuanto más detallado esté, mejor.
- Por último, si cuando te toque ponerte a ello, sigues mirando para otro lado, coge los dos listados y vuélvelos a leer, tomando consciencia.
Mi listado es escribir este post. Mi toma de consciencia me recuerda que tengo que predicar con el ejemplo y aunque a veces, las pausas son necesarias, no son buenas que vengan en forma de procrastinación. Así que aquí se termina esta fase. Igual que decidí dejar de enfocarme en lo importante, ahora decido volver a centrarme.
¿Y tú? ¿Vagueas o procrastinas?
Déjame tu comentario. Y si aplicas mis consejos para dejar de hacer una cosa o la otra, me encantará saber el resultado.
Espero que este post te haya resultado de gran ayuda.
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Un abrazo y muchas gracias por estar aquí,
Ana
Carmen Valverde dice
Yo me autoreconozco como vaga. Cuando hay algo que no hago es más bien por pereza, para qué me voy a engañar. Pero sí que es verdad es que si me pasa esto es porque lo que estoy posponiendo no es importante para mí, sino iría a por todas.
Pero sí que es interesante distinguir entre ambos conceptos y tu das perfectamente las claves para hacerlo.
Un abrazo, Ana.
Ana Tovar dice
¡Qué sincera Carmen! Se agradece. Creo que todos podemos pasar de vez en cuando por ambos estados, pero lo más importante es que cuando tu quieres algo, vas a por ello.
¡Disfruta del finde!
Ana dice
Hola Ana,
Yo procrastino bastante, aunque intento hacerlo cade vez menos. Ya puedo poner en la agenda todo lo que quiero hacer y programarme que al final me surge algo nuevo que digo, uy, esto ya que luego es peor, y al final procrastino lo que tenía planeado para el día, y a veces se va haciendo una bola de nieve para la semana, aunque cuando llega el viernes por la tarde corto y reorganizo de nuevo.
Creo que debo hacer bien lo de distinguir entre importante y urgente, es algo que parece fácil pero a veces no lo es tanto…
Un saludo.
Ana Tovar dice
Hola Ana,
Muchas gracias por contarnos tu realidad sobre este tema. Te voy a decir un par de estrategias por si te sirven de ayuda para distinguir entre importante y urgente.
Cuando tengas que priorizar el orden de tus tareas, pregúntate si eso que parece tan urgente, lo es realmente para ti o lo es para otros. Si las consecuencias de hacerlo ya o no hacerlo,te influyen a ti directamente, añádele la etiqueta de urgente y hazlo. Si la prisa la tienen otros y tú ya tienes agendadas tareas importantes, deja esta supuesta urgencia para cuando hayas acabado lo realmente importante y/o urgente para ti.
Para distinguir entre importante y urgente, pregúntate qué pasará si lo haces dentro de tres horas, un día, … Si no hay consecuencias negativas importantes, es que no es tan urgente y puedes dedicarte a lo que ya habías planificado como importante.
Importante es lo que te hace avanzar, aunque sea poco. Urgente es lo que se descontrola cuando no estamos centrados en lo importante de forma habitual.
Espero que te ayude un poco más.
Un abrazo!!
Paco dice
Yo no procastino, yo vagueo con conocimiento de causa….me encanta después de algunas jornadas de varias semanas sin parar estar un par de días, que aunque tenga cosas que hacer las desplazo en la agenda conscientemente….y me encanta!!! ¡¡¡¡Genial el artículo!!!!
Ana Tovar dice
Hola Paco,
¡¡Lo tuyo no es ni una cosa ni la otra!!
Tú te lo montas de maravilla! Te centras en un proyecto concreto, lo das todo, y luego esos días de relax son más que merecidos.
Te felicito y te doy las gracias por motivarnos así.
Un saludo!!
Ma José GR dice
Ostras, Ana, cómo me he sentido identificada.
Yo también soy de gastar toda la energía de golpe, todo el potencial y la emoción. Entonces mi cuerpo se queja de una manera que no puedo ignorar, porque he superado el límite de lo que puedo aguantar: caer enferma de lo que sea semana sí semana también, salpullido que no se va, alteraciones en el sistema digestivo, insomnio, etc etc. Entonces es cuando me doy cuenta que tengo que para, repensar prioridades y la necesidad de retrasar asuntos se hace urgente.
¿Ahora bien, porqué pienso que es procrastinar? Porque algunas de esas cosas que dejo para después son bastante importantes, pero requieren tanto trabajo, horas y esfuerzos que me entra pereza de pensarlo. Hago todo lo demás, pero eso heavy y a la vez esencial no.
Gracias por contarnos tu situación, así no me siento tan «mal» conmigo misma, jajaja.
Ana Tovar dice
Hola María José,
No vale la pena ningún logro si vas a estar padeciendo todos los días. Tienes que buscar estrategias para minimizarlo. Estoy convencida de que podrás hacerlo.
Por lo que te he entendido, lo que procrastinas son proyectos grandes y no tareas concretas. Si es así, quizá te ayude desglosar esos proyectos en tareas concretas muy pequeñas. De esta manera, no te dará tanta pereza hacer aunque sea una al día y eso te permitirá avanzar. No pasa nada porque sea lento pero irás hacia delante que es lo importante. Si no lo haces ya, de verdad, pruébalo. Resérvate media hora o lo que necesites y ponte a desglosar todo en acciones pequeñas, luego agendalas. Lo más importante es que seas realista y que después no pretendas agendar demasiadas en un mismo día, porque te ocurrirá lo mismo.
Espero haberte ayudado.
Me alegro mucho que te hayas sentido identificada, pero ya lo tenemos casi solucionado 😉
¡Ánimo y un abrazo grande!