“Me importa una mierda lo que opinen los demás”. Cuántas veces has escuchado esta expresión, incluso de ti mismo, y luego te has dado cuenta que no es verdad, o al menos no ocurre tanto como debería.
Solemos decir que no nos importa lo que otros digan de nosotros y de nuestra forma de vida. De hecho, considero que mostrar esta actitud de despreocupación está de moda. Uno se siente más guay diciendo esto. Es como un aviso a navegantes. Te aviso que si se te ocurre criticarme, me va a resbalar.
Cuando se hace esto, no es otra cosa que la activación de un mecanismo de defensa porque realmente sí nos importa lo que digan de nosotros. Si no te importara, no te molestarías en dejarlo tan claro. Otra cosa distinta es que te lo repitas a ti mismo, como un ejercicio de toma de consciencia para empezar a trabajar en la mejora de este asunto.
Tener en cuenta la opinión de los que te quieren y de los que te hacen críticas constructivas es necesario y sano. Preocuparse por lo que digan ellos y por lo que digan o piensen los que no te quieren, no te valoran, ni te conocen, es una cosa bien distinta y muy desagradable.
Considero esta preocupación como uno de los grandes tóxicos de mi vida y de la vida de muchos de mis clientes. Vivir bajo el amparo de esta preocupación implica sentir muchas emociones desagradables, y lo peor de todo, es que te puede impedir hacer lo que realmente quieres hacer o vivir la vida que quieres vivir.
Para empezar a superar este tema y vivir sin esa carga, considero que la clave es planteárselo. Ver hasta qué punto te importa y te afecta la opinión de los demás y en qué grado modificas tu conducta debido a esa presión.
Una vez seas consciente, estarás preparado para empezar a cambiar. Habrás activado el mecanismo que te avisa que lo estás volviendo a hacer y estarás a tiempo de corregirlo.
Luego sólo tendrás que ser perseverante y poco a poco irás notando más libertad y le aportarás más realidad a la expresión me importa una mierda lo que opinen los demás.
Soy de la firme opinión que te debe importar exactamente una mierda lo que diga la gente que no se ha puesto en tus zapatos, la que no sabe cómo sientes y la que no conoce tu talento y tus motivos. Ahora bien, también sé que hay que tener humildad para aceptar una sugerencia, aportación o crítica constructiva, sobre todo si quien la emite te conoce, te aprecia o quiere ayudarte porque ya ha andado un paso más que tú, por tu mismo camino. Luego, ya está en tu mano evaluar si te sirve para mejorar o no.
Si te soy sincera, todavía no he alcanzado mi objetivo de ser completamente libre sin que me afecte de algún modo lo que digan los demás.
Lo que sí he empezado a conseguir es sentir menos carga, menos estrés, menos comeduras de coco, y lo más importante, no dejo de hacer cosas que quiero hacer por esas posibles opiniones negativas. Prueba de ello es que la Ana de antes jamás se hubiese expuesto públicamente con sus propias experiencias y opiniones a través de un post o de un vídeo.
Haz lo que quieras cuando quieras, porque quien opina de forma gratuita, lo hará con motivos o sin ellos. Además, muchas veces, nadie te critica, es algo que crees y que sólo te hace daño.
¿Y tú? Cuéntame si te importa lo que piensan de ti y cómo te afecta.
Espero que este post te haya resultado de gran ayuda.
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Un abrazo y muchas gracias por estar aquí,
Ana
Ana dice
Hola Ana,
Es cierto, yo también era, y aún sigo siendo pero menos, muy influenciable por el miedo al que dirán. Para mí el camino profesional que he escogido como emprendedora digital me ha costado mucho precisamente por esos miedos, hasta que un día me dije «piensa en todo lo que te estás perdiendo por no hacer ya lo que tanto te gusta, y a ellos les va a dar igual porque no les incumbe para nada», oye, pues a fuerza de repetírmelo lo he ido consiguiendo… es como hacer networking, otra etapa que me está costando por los mismos motivos, pero poco a poco voy quemando etapas y me va siendo todo un poco más indiferente… 😉
Un Abrazo!
Ana Tovar dice
Hola Ana,
¡Entonces nos parecemos muchísimo¡
Me parece muy valiente e inteligente que tomaras esa actitud y que siguieras a pesar del miedo. La verdad es que no nos queda otra si queremos disfrutar del estilo de vida que queremos. Es curioso como sólo exponerte a hacer lo que temes es la solución para que cada vez vaya dando menos reparo y la opinión de los demás nos sea indiferente.
Grande Ana.
Inma Rojo dice
Soy de la misma opinión que tú, hay que ser selectivo con lo que escuchas y de las personas que te lo dicen, y sobretodo tener humildad para aceptarlo y/o corregirlo si es necesario…pero lo más importante no dejar de hacer lo que uno quiere jamás!!
Ana Tovar dice
Hola Inma,
¡Me alegro de que sigas esa máxima!
Carmen Valverde dice
¡Muy buen post, Ana! Yo también me encuentro en fase de transición. Realmente me da igual lo que digan de mí aquellas personas que no son nada en mi vida o que han demostrado que no les importo. Lo que sí que me afecta es lo que piensen aquellos que son más cercanos a mí. De hecho, aunque me suelo decir que tampoco me importa mucho, me afecta bastante. No me gusta defraudar a nadie o sentir que lo estoy haciendo. Aunque muchas veces opinan sin saber cómo me siento, exactamente como dices, desconocen mis circunstancias.
Pero mira, a partir de ahora que te acabo de leer me lo voy a empezar a tomar mejor y con más calma.
Un abrazo!
Ana Tovar dice
Hola Carmen,
Qué bien que pases de lo que digan las personas que no son importantes en tu vida.
Y sobre las personas que sí quieres en ella, me alegro mucho de que le vayas a dar menos importancia, incluso, te animo a que expreses cómo te sientes de vez en cuando y crees un espacio para contarles cuáles son esas circunstancias y porqué deben respetar o apoyar tus actos y decisiones. Como dices, es una transición… poco a poco.
Un abrazo Carmen.
Verónica Rufo dice
¡Qué sabias tus palabras!
En el ámbito artístico es un concepto muy importante. En mi profesión el trabajo que realizas siempre tiene una carga subjetiva que causa que mucha gente pueda herir tus sentimientos. Tanto a nivel profesional, como personal. ¡Creo que tiene mucho valor lo que dices!
Además, las críticas constructivas son uno de tus mayores aliados, pero debes tomártelas como tal. Porque te lo digan con buena intención, no tienen porqué ser ciertas. Con humildad, sentido común y un ojo crítico, mejorarás en tu trabajo y sobretodo, vivirás más feliz.
¡Gracias por darnos este artículo!
Un abrazo,
Ana Tovar dice
¡Muchas gracias a ti Verónica por tu comentario y por regalarnos tu visión y experiencia!
Ma José GR dice
¡¡Bravo!! No sólo muestras a la humanidad la moda absurda de «me la suda lo que digas». Eso es mentira, porque -como bien dices- si te resbalara ese comentario, no habría necesidad de decir la dichosa frase. Es como una autoafirmación en voz alta para que nuestro yo sea capaz de actuar como se dice.
Pero la esencia de todo eso es ser capaz de ignorar dichos comentarios e, incluso, sacar de tu vida la gente que los hace. Ahí también coincido contigo que hay que saber diferenciar cuando es un consejo de amigo que cuando es una crítica gratuita.
Llevo años practicando este tipo de «limpieza» en mi vida, después de un período lleno de personas muy tóxicas y en el cual toqué fondo moralmente. Yo lo que hago es dar una segunda oportunidad emocialmente. Si esa persona vuelve con la misma actitud, hago un evaluación. «dicha persona, ¿suma algo en mi vida?». Parece fácil, pero no lo es. Hay que plantearse si esa persona aporta algo bueno a tu día a día, o a un ámbito concreto de tu vida. Si no suma, sino que está ahí sin más o, incluso, resta, a mí no me vale. Por tanto me aparto de ella. No grito, no insulto, no le digo que me cae mal -porque seguramente no sea así-, ni tan si quiera doy explicaciones porque es mi vida y no tengo que justificar nada de lo que hago si no es que te haya hecho algún daño. Simplemente decido quién quiero en ella y quien no, y actúo en consecuencia.
Espero poder haber aportado mi granito a este gran artículo. ¡Un besazo!
Ana Tovar dice
¡Claro que has aportado María José!
Además, me alegro mucho de que lo tengas taaan claro.
Eres muy valiente.
Y muchísimas gracias por tus súper-cumplidos.
Me hace muy feliz conectar de esta manera contigo.
Néstor Marquínez dice
Grande!
Muy buen artículo, lleno de verdades como templos.
Ana Tovar dice
Muchas gracias Néstor!!!!!!
Mónica Diez dice
Me encanta este artículo, y lo había leído antes pero no me había parado a dejar un comentario. Yo he tenido que desarrollar con los años mi propia actitud de «me resbala lo que los demás opinen de mí, si yo me quiero tal y como soy». Así, que gracias por el artículo Ana, espléndido como siempre
Ana Tovar dice
Has tenido que hacer un gran trabajo para que hayas conseguido llegar a ese punto.
Te felicito porque sé de sobra que es muy difícil.
Muchas gracias a ti por leerme.
irene rojas dice
Muy bueno! ojalá todos actuaríamos de esa manera!!!
Ana Tovar dice
Me alegro de que te guste Irene.
Tomando consciencia, todos podemos ir haciendo pequeños cambios a mejor. ¡Querer es poder!
Celia dice
Muy buen artículo. Es verdad que nos importa más de lo que queremos reconocer. Somos animales sociales, por lo que la aceptación ajena es importante para nosotros.
Gracias Ana, es una gran reflexión que no se hace siempre.
Ana Tovar dice
Gracias Celia. Como animales sociales, como dices, algo siempre tiene que importar para que actúa de filtro, pero nunca debería ser una limitación. Sin embargo, creo que somos demasiados los que cargamos con este peso. Lo importante es analizar el porqué de cada uno y atrevernos a dar pasos para salir del lastre y ser cada vez más libres.
Noelia dice
Hola Ana Tovar me encantó tu descripción y me identifico totalmente con esto.
Yo hace un año tuve un problema por lo que busque ayuda en amigos/as y familiares pero a ellos no les importaba lo que ami me pasaba solo les importa su vida y nada más lo que me pasase ami en aquel momento de quedarme en la calle no les importo mandarme ala mi mierda.
Pedi que me devolvieran el dinero que les preste porque estaba en una situación muy complicada pero sabesi cual fue la respuesta de ello que les deje en paz que no les interesa lo que me pasa ami que si es por ellos que me muera.
Yo pensando que favor con favor se devuelve mira tu como es la cosa.
Y lo que dijeron de mi puras mentiras pero lastimosamente en este mundo de cree más lase mentiras que la verdad. Mi vida es una película de mala suerte.
Ana Tovar dice
Siento mucho todo lo que me cuentas Noelia.
Espero que este año puedas tomar otra perspectiva y hacer que las cosas sean diferentes y mejores para ti.
Me alegro mucho de que te haya gustado el post.
¡Un abrazo!