Hoy te traigo 7 errores que veo que cometen muchos emprendedores. También te contaré cuáles de ellos he cometido yo misma cuando empecé.
1. Hacer guest posting con emprendedores que tienen la misma escasa audiencia que tú.
Últimamente veo mucho que dos blogueros colaboren entre sí, intercambiándose artículos para sus respectivos blogs. A esto lo llaman guest posting, siendo una forma de colaboración muy extendida.
El networking y el coworking están en auge y han propiciado que haya muchas sinergias donde se dan este tipo de acuerdos entre dos profesionales.
La cuestión es que esto no es guest posting.
Nos hemos olvidado del objetivo por la cual se creó esta estrategia de marketing.
Esta estrategia sirve para que un bloguero con poca trayectoria y/o audiencia tenga más visibilidad y tráfico para su web, a cambio de aportar valor con el contenido de su post, a la audiencia del bloguero que le invita a publicar.
El perfil del cliente de ambos debe ser similar. El bloguero que necesita llegar a más personas, lo puede conseguir a cambio de otro bloguero con mucho más reconocimiento, al permitirle publicar un post en su blog.
El bloguero con mayor recorrido también gana. El invitado también le hace publicidad al difundir su propio post, y le ayuda a crear contenido extra para su blog, con el objetivo de seguir aportando valor a su público, aunque sea indirectamente. Como beneficio personal, luego está el poder ayudar a alguien que está empezando o que no ha recorrido todavía el camino que esperaba.
Por eso no sirve de nada que escribas en un blog de alguien que está empezando como tú o que todavía no tiene una gran audiencia. Sería perder el tiempo y desperdiciar un montón de contenido de calidad que podrías reservar para publicarlo en un lugar donde llegue a más personas.
Hay veces que conectas con empresarios con los mismos valores e inquietudes que tú. La cuestión es que seas inteligente sobre el tipo de relación y colaboración que puedes tener con un principiante como tú. Seguro que pueden surgir grandes proyectos, pero no elijas hacer un guest post. Ahorra tiempo y energía.
2. Hablar en plural cuando en tu empresa sólo estás tú.
Aquí levanto la mano y me declaro culpable. En mi primer proyecto estaba más sola que la una, pero decidí dirigirme en plural cuando hacía publicidad o cuando publicaba en mi página de Facebook.
Hay gente que lo hace de manera inconsciente, pero yo no. Yo me pregunté cómo iba a hacerlo y decidí que hablaría en plural. Lo hice por dos motivos:
- Engañarme con la idea de que no estaba sola.
- Dar la sensación de ser una empresa más grande y de estar en un punto más avanzado.
Yo siempre he trabajado en equipo. Estoy acostumbrada a tener excelentes relaciones personales con los compañeros de trabajo de las empresas para las que he trabajado. Por esto, al principio me costó mucho aceptar que entonces estaba sola ante el peligro 😉
Me dije a mi misma que iba a hablar en plural porque iba a incluir en mi equipo, a las personas que me había inspirado, ayudado o apoyado para tomar la decisión de emprender. Luego en el día a día estaba completamente sola y sólo yo podía superar los obstáculos y alegrarme realmente de los logros que iba consiguiendo. Por eso digo que me auto-engañaba.
El otro motivo era porque tenía complejo de principiante. Me daba miedo que los demás me vieran menos profesional por no tener experiencia específica en coaching.
La verdad es que al poco tiempo superé mis complejos y decidí ser honesta en todos los sentidos. Me considero una persona donde la honestidad está por encima de todo, sobre todo a nivel profesional, y no estaba siendo coherente con este valor.
Ahora es diferente porque tengo ayuda de un asistente virtual y a veces, me escucharás o leerás hablando en singular o en plural. Todavía no me aclaro 😉
Mi recomendación es que seas humilde y honesto y que no hables en plural hasta que no tengas un equipo. Creo que no hacerlo, al final jugará en tu contra.
3. No firmar contratos o acuerdos con tus clientes (sólo si vendes servicios).
Esto casi nadie lo hace y me pone de mala leche. Cuando contrato un servicio (y más si es un servicio de coste elevado y complejo) necesito que me pongan por escrito lo que puedo esperar de ese servicio y de ese profesional. Las palabras se las lleva el viento y si el servicio ocupa un periodo largo de tiempo, nos olvidamos de lo que dijimos al principio.
Nos olvidamos hasta con el acuerdo firmado, así que…
Yo hago esto por sistema desde siempre. Incluso ya lo hacía con los clientes de mis prácticas formativas. Es esencial que ellos sepan con exactitud lo que van a recibir. Este acuerdo por escrito también sirve para recoger lo que tú como profesional puedes esperar de tus clientes (forma y fecha de pago, compromiso, entrega de materiales, etc.)
Cuando estoy valorando contratar a un profesional y no me entrega un acuerdo por escrito, desconfío del que no tiene mucha notoriedad y me decepciona el que parecía ser un top en su sector. Es así de simple.
Este acuerdo es simplemente un seguro para ambos. No es incómodo, porque las dos partes salen ganando. Tiene que recoger todo, absolutamente todo, para prevenir problemas en el futuro, y por lo tanto para cuidar la relación entre cliente y profesional.
Incorporar este hábito no te costará nada. Sólo tendrás que redactar el acuerdo con todas las variables que quieras incluir y luego sólo tendrás que entregárselo a tu cliente antes de empezar a trabajar para él.
Créeme cuando te digo que te hará sentir más seguro y que evitará malentendidos en el futuro.
4. No firmar un acuerdo de colaboración con otros profesionales.
Este error es primo hermano del anterior, así que no me voy a extender.
Un ejemplo de cuándo se puede aplicar, es en el guest posting. Cuando hablo de acuerdo con otro profesional no es imprescindible que firmes un documento, aunque te lo recomiendo. Otra opción puede ser que todo quede registrado en un correo electrónico.
El objetivo es comunicar cuál es tu forma de trabajar y tus valores. Lo que esperas y lo que vas a ofrecer. Así nadie podrá reclamar nada que no esté recogido en este acuerdo.
Además, das una imagen de profesionalidad, ya que se nota que te implicas en todo lo que haces.
5. Iniciar estrategias y acciones sin definir el objetivo previamente.
Hoy día estamos abrumados de tanta información.
Todo el mundo parece tener una opinión sobre cómo se debe hacer algo. Continuamente recibimos mensajes con llamadas a la acción o recomendaciones. Nos hacen sentir que tenemos que implementar muchas cosas, pero a veces no distinguimos si es el momento de hacer algo o si nunca será necesario hacerlo porque deberíamos poner el foco en otros asuntos.
De nada sirve desarrollar una súper estrategia de marketing si no la comprendemos y mucho menos, si no tenemos claro el objetivo que persigue.
Cada acción y estrategia debe estar ligado a un para qué.
¿Para qué sirve esta estrategia? ¿Para qué voy a implementar esa acción? ¿Qué quiero conseguir? ¿Es necesario desarrollarla ahora o más adelante?
Tendrás que hacerte todas estas preguntas cada vez que desarrolles una estrategia nueva para tu negocio.
Cuando lo hagas un par de veces, luego te saldrá de forma mecánica y ya nunca implementarás nada a lo loco, aunque te lo diga cualquier eminencia en el sector.
Adquirir este hábito evitará que realices un marketing o un desarrollo de negocio errante y te aportará más control sobre tu empresa.
6. Vender sesiones sueltas en vez de paquetes o programas. (Sólo si vendes servicios)
Esto es para profesionales cuyos servicios se realizan durante sesiones periódicas en un plazo medio-largo en el tiempo.
Los profesionales de este tipo que me vienen a la mente son profesores particulares, psicólogos, instructores de yoga, baile,…, coaches, nutricionistas, etc.
Normalmente cobran por cada sesión realizada. Esto hace que el profesional siempre tenga la incertidumbre de si el cliente dejará de contar con él en cualquier momento. Este sistema también hace que la implicación del cliente sea menor, sobre todo cuando pasa el tiempo.
La idea trata de empaquetar tus sesiones en una especie de programa, de pack que hay que pagar por adelantado (siempre puedes ofrecer facilidades de pago).
Esto hace que el cliente se lo tome en serio desde el principio y que sea más difícil que su compromiso y motivación decaiga. Además, así se evita que el cliente piense que estás alargando el proceso para conseguir más sesiones y por lo tanto más dinero.
Ponte en el lugar del cliente por un momento:
Tienes un objetivo/deseo y necesitas los servicios de un profesional para conseguirlo/satisfacerlo.
¿Tu implicación sería la misma con un programa que tiene un plazo para su finalización? ¿Tu motivación no decaería ante un servicio que sabes que puedes dejar en cualquier momento aunque no hayas conseguido lo que pretendías?
Para convertir sesiones sueltas en paquetes, tienes que evaluar qué es lo que ofreces con tus servicios y determinar en cuánto tiempo se pueden conseguir resultados o cuánto debe durar el proceso para tener éxito.El cliente pondrá toda la carne en el asador y se implicará de una forma más directa, ya que sabe que tiene que conseguir algo en ese periodo para que la inversión de tiempo y dinero salga rentable.
En relación a algunos de los profesionales que he citado antes, se me ocurre que un profesor de clases particulares, puede ofrecer paquetes de clases que duren un trimestre del calendario escolar, un paquete de clases para los meses de verano, o incluso para todo el curso.
La cuestión es sustituir los pagos mensuales por un pago único (o fraccionado).
El profesor ofrecerá un paquete de clases que dure un trimestre por un precio X, donde puede hacer una rebaja en la que el cliente se ahorre un par de clases con respecto a si realiza el pago mensualmente.
Lo realmente importantes es que tú tendrás más seguridad económica y mayor planificación.
Sabrás hasta cuándo tendrás clientes fijos y la certeza de que no abandonarán tu servicio. También recibirás mayor motivación por parte del cliente porque sabe lo que se espera de él.
En mi anterior proyecto, empecé como todo el mundo ofreciendo sesiones sueltas. Pronto empecé a escuchar a profesionales que tenían más recorrido que yo y seguí sus pasos.
En mi empresa actual he empaquetado mis servicios en función de la demanda que tenía de mis primeros clientes. Están hechos a medida para resolver o mejorar situaciones que son muy comunes. Tengo programas más cortos y enfocados en un asunto concreto y más largos e integrales donde se producen mejoras en diferentes aspectos de la vida de un autónomo. Puedes conocer mis programas aquí.
7. Ofrecer servicios generalistas sin especializarse en un área de tu sector.
Aquí también levanto la mano 😉 También empecé sin especializarme.
Acabé mi formación como coach y estaba muy emocionada y sobre motivada. Quería ayudar a todo el mundo y tratar cualquier asunto. Esta visión puede que te enriquezca más porque es difícil aburrirte.
La cuestión es que no te posicionas como experto en ningún sector concreto. Tu comunicación para conseguir clientes es deficiente, ya que al ser tan generalista no conectas con un perfil de persona concreto. Es como gritar en un acantilado y esperar a que alguien te responda.
Esto hace que no te lleguen tantos clientes como deberían. Al principio yo hice esto tan mal que sobreviví gracias a las recomendaciones de los clientes que ya tenía. No llegaban clientes nuevos que no conocieran a alguien que ya había trabajado conmigo.
Por todo esto te recomiendo que te centres en un micro nicho. Piensa qué valor añadido puedes aportar tú a ese sector y empieza a centrarte en el tipo de persona a la que puedes ayudar/satisfacer con tu producto o servicio.
Como ves, estos 7 errores no son irremediables. Puedes atajarlos o evitarlos sin demasiado esfuerzo. Y si ya has caído en alguno, no pasa absolutamente nada porque te llevarás un aprendizaje. Lo más importante es tomar consciencia y actuar en consecuencia.
Ahora me gustaría saber si tú has cometido alguno de estos errores y qué aprendiste de ellos o cómo los solucionaste.
¡También será bienvenido cualquier otro error que no haya mencionado para ayudarnos a no caer en él!
Espero que este post te haya resultado de gran ayuda.
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Un abrazo y muchas gracias por estar aquí,
Ana
Alicia dice
!!!! Y cuanta razón hay en este post Ana!!! Qué difícil es todo cuando uno está empezando!!
Gracias por las recomendaciones! 😀😀
Ana Tovar dice
¡Gracias a ti Ali!
¡A seguir nuestro camino!
Nora dice
Me parece un resumen, muy, muy bueno de cosas básicas a tener en cuenta cuando intentas que tu proyecto llegue lejos. Me gusta porque algunas cosas, aunque son básicas, no caemos en ellas. Siempre está bien que alguien nos las diga.
Ahora mismo estoy con el tema del blog y lo de los guest post es un punto interesante que no me había planteado así.
Y definir objetivos me parece al final lo básico (¡que la mayoría no hacemos!)
Muy buen post, Ana 🙂 ¡Lo recomendaré!
Ana Tovar dice
Muchas gracias Nora.
Estoy encantada con el hecho de que te haya servido.
¡Mucho ánimo con el blog!!
Ana dice
Hola Ana,
Madre mía, me deprimo…creo que hago casi todos los errores de la lista… El más destacado en mi caso es el del guest posting, supongo que a todos nos da miedo el «no» de los más altos y pensamos que alguien que está aproximadamente en el mismo escalón que nosotros aceptará más fácilmente.
Muchas gracias por este post, me lo guardo para ir reparando cada uno de los fallos.
Un abrazo y buen día.
Ana Tovar dice
¡Arriba ese ánimo Ana!
Ahora la que se deprime soy yo, porque no era mi intención…
Ya en serio, jeje. Si estás de acuerdo conmigo y crees que los 7 puntos que he tratado en el post, también son errores para ti, ahora estás en el mejor punto para cambiar y mejorar.
Te voy a enviar al correo algo que puede que te ayude con el guest posting.
El no ya lo tienes. No va a pasar nada porque te digan que no.
¡Un abrazo Ana!
Carmen Valverde dice
Es súper interesante tener este listado, porque yo que estoy empezando ya me marco como objetivo no cumplir ninguno de ellos. Y si me pasa, ya das tú las claves para cambiar de rumbo.
Hay algunos más complicados que otros, como lo del contrato. Es algo que hay que tener muy cerrado porque, aunque en general las personas son legales, siempre te puede salir alguno rana y darte algún disgusto que otro.
Tomo nota de todos. Al menos es más difícil caer en ellos si se desconocen y con tu post me has abierto los ojos.
Un abrazo, Ana!
Sefora Bermudez dice
Hola Ana,
cuanto valor en estas palabras!!
Suscribo cada una de ellas y las he aprendido todas, menos una: no hago un documento contractual con mi cliente.
Es algo que valoré en su momento y deseché por miedo precisamente a las malinterpretaciones escritas. Supongo que debería replanteármelo para evitar problemas futuros…
Gracias mil por tus buenas sugerencias y por hacerme recapacitar sobre los errores. 🙂
Un abrazo.
Ana Tovar dice
¡Muchísimas gracias por tus palabras Sefora!
Y también por tener la humildad de reconocer errores en público.
No es muy habitual…
Me alegro mucho de que te haya servido.